lunes, 11 de febrero de 2013

Quijote (I-IX) Otros temas

Otros temas


El Quijote es un compendio de temas que reflejan el pensamiento de Cervantes y de su época. El más evidente es el de las novelas de caballerías, que criticó con energía y fundamento. Ya dijimos que, a la par que parodia el género también lo explica, por lo que esta novela trasciende lo narrativo para entrar en lo metaliterario, ya que es un libro que trata de literatura. Además de lo que supone la burla de esta clase de novelas, cuyo caricaturesco remedo nos divierte, Cervantes nos da una lección sobre los diversos géneros novelescos. 

Ya mencionamos la crítica a las cursis descripciones pastoriles en boca de sus personajes, como hace la sobrina en el conocido capítulo VI: porque habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo éstos se le antojase hacerse pastor y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo, y lo que sería peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza. Dos hachazos en una sola frase.

En el citado capítulo VI nos encontramos con un análisis riguroso de las novelas de la época y de algunos libros de poesía. Los malos, bastantes, van a la hoguera que han preparado los amigos y parientes de DQ. Sólo se salvan, entre otros, los Amadís, algún Palmerín, La Diana de Montemayor, Tirante el Blanco, cierto Cancionero poético, y, curiosamente, La Galatea de Cervantes, en una sorprendente inversión donde un personaje de ficción comenta una novela real, de la realidad no imaginada.

Se extiende el narrador en cuestiones de estilo, recomendando el "estilo llano", que comprende muchos lectores. La claridad es una virtud de las novelas, tanto como la necesaria verosimilitud en el tratamiento de lugares, personajes y sentimientos.

El episodio donde DQ salva al pastor Andrés de los azotes de su amo, muestra hechos y razones de su sentido de la justicia aunque, llevado de su literario papel, se conforme con la promesa del amo de perdonar a su criado. Justicia  e ingenuidad van parejas en la novela y en la vida. Interesante es el carácter humanista de DQ cuando dice  a Sancho que "Haldudos puede haber caballeros; cuanto más que cada uno es hijo de sus obras". Luego remata  Andrés con el contraste humorístico:...pero este mi amo, ¿de qué obras es hijo, pues me niega mi soldada y mi sudor y mi trabajo? Como siempre,una de cal y otra de arena.

Para concluir, mencionamos el conocimiento cervantino de los ambientes de germanías, plagados de pícaros y ladrones, como se demuestra en las intervenciones del ventero, auténtico experto en tales lances y lugares. Cuando DQ se dirige a él llamándole "señor castellano", la  descripción del ventero no tiene desperdicio:

Pensó el huésped que el haberle llamado castellano había sido por haberle parecido de los sanos de Castilla, aunque él era andaluz, y de los de la playa de Sanlúcar, no menos ladrón que Caco, ni menos maleante que estudiantado paje 

Hay en el Quijote un conjunto tan amplio de refranes y expresiones popularesque sería imposible recogerlos todos. Nos conformamos con llamar la atención del lector sobre este aspecto, que demuestra la versatilidad y talento de Cervantes en el conocimiento y uso de los distintos registros y niveles  de la lengua castellana. GB

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