Un viaje a la mente de Philip K. Dick (Emmanuel Carrère)
Escrito con una simplicidad y trabajo impresionantes, tras cada una de sus líneas, Carrerè nos ofrece un texto excepcional en mi opinión, una biografía muy diferente a la que podríamos esperar al convertir al escritor americano Philip K. Dick en un personaje más dentro de una novela: la novela de su vida.
Desde la primera de sus líneas, Carrère parece proponerse averiguar lo que hubo en la mente de este prolífico escritor al rastrear todos los estímulos externos a él, al tiempo que se apoya en su voluminosa obra y muestra las influencias que Dick tuvo, entre otros, de Jung, Lovecraft, sus supuestas persecuciones por parte del FBI, además de su vida amorosa, con una búsqueda continua de una mujer joven y protectora ya que, como buen monógamo sucesivo, era incapaz de estar solo.
Dick, quien cuestiona en todo momento la realidad, es un personaje cuanto menos contradictorio y Carrère llega a transmitirnos lo que el propio escritor pensaba cuando escribía sus libros: «Philip K. Dick no se drogaba porque no tenía recursos para hacerlo. Se tomaba 1.000 pastillas a la semana», tal y como el americano nos diría con su «yo no me drogo».
Con algo de dificultad al principio para engancharme al libro, no voy a mentir, he disfrutado de su lectura al descubrir la aparente intención de Carrère: influir en nosotros los lectores hasta el punto de no dejarnos pensar sobre el biografiado pues todo nos lo dice él.
Mª Ángeles Andreu
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