Narrativa completa - Comentario

 

Narrativa completa

Dorothy Parker

Comentario por: Mª Ángeles Andreu

La edición presentada por la editorial Lumen ofrece una serie de relatos y narraciones breves que la autora escribió para los diferentes medios en los que llegó a trabajar, como Vanity Fair, The New Yorker, The Bookman, Pictorial Review o Lady’s Home Journal, entre otros. Organizados cronológicamente y con temáticas aparentemente sencillas, se adentran en lo más profundo de la naturaleza humana. 

Dorothy Parker, con ironía y mucho sentido de humor, transmite al lector las preocupaciones y el estilo de vida de la época que le tocó vivir. En sus cuentos se observan una variedad de voces narradoras, dignas de una escritora con magistral dominio de la pluma. Desde los narradores externos, con el habitual “él dice” o “ella dice”, de los relatos dialogados, hasta los internos donde un personaje conduce el relato, con diferentes grados de omnisciencia, sobre los conflictos de los personajes, sus deseos o su porvenir. 

Solo a modo de ejemplo, me referiré a algunos de los relatos recogidos en esta edición como el caso de El Señor Durant en el que, a través de un narrador omnisciente, se expone de manera elegante el impresentable comportamiento del hipócrita y convencional protagonista. Abrumado por las embarazosas consecuencias de una relación extra matrimonial con su secretaria, busca que “el problema” que él ha creado lo solucione ella “como lo solucionan las señoras de Nueva York”, es decir, con delicadeza y discreción.

En otros como Diálogo a las tres de la mañana, el narrador omnisciente deja al lector ante los personajes para que interprete lo que sus palabras y diálogos desvelan mediante una técnica que quizás se podría asemejar a los guiones teatrales.

Un tercer grupo lo conformarían los soliloquios o monólogos a modo de diario como La liga, en el que la autora, con socarronería, parece reírse de ella misma.

Parker, a lo largo de sus relatos, no plantea los conflictos de forma explícita bien en boca del narrador o de los personajes. En su lugar, administra magistralmente la información que éstos facilitan al lector, dejando a éste la labor de vislumbrar los entresijos de las historias. 

               

Asimismo, sus protagonistas parecen estar instalados en la falta de comunicación, el desafecto, la tristeza ─a veces ahogada con alcohol─, el miedo, el vacío o incluso el racismo, como en el caso de Arreglo en blanco y negro. Son personajes que habitan un universo en el que las apariencias ocultan una realidad donde prevalece, en definitiva, el deseo de amar y ser amado.  

En resumen, la obra en su totalidad nos brinda la imagen de una autora satírica, de pluma afilada, articulista además de crítica literaria y teatral, experta en la crítica social. Quizá por eso, la recepción de su obra no reconoció los méritos de una autora que ahora rescatamos, uniéndonos a todos aquellos que la ubican entre las mejores.