lunes, 22 de abril de 2024

Contexto histórico

 


El imperio portugués

Antonio Rey


Fue una potencia mundial que se extendió desde América hasta Japón durante más de cuatro siglos, desde el siglo XV hasta el XIX. Portugal estableció colonias en lugares como Madeira, Azores, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Angola, Mozambique, Goa, Malaca, Ormuz, Colombo, Brasil, Macao, Nagasaki, entre otros, pero los territorios coloniales mayores fueron Brasil, Angola y Mozambique. 

Los europeos blancos dominaron el comercio, la política y la sociedad, aunque también hubo una notable mezcla de razas y, en muchos lugares, personas mestizas que alcanzaron posiciones de riqueza y poder en las colonias.

El Imperio portugués alcanzó su apogeo entre 1525 y 1550, pero a finales del siglo XVI, Portugal, un pequeño país con apenas un millón de habitantes, Portugal perdió terreno ante la competencia de ingleses y holandeses,

La independencia de las colonias, como Brasil en 1822, y la pérdida de las posesiones en África y Asia en el siglo XX, marcaron el final del Imperio portugués. En 1961, la India invadió militarmente Goa y el resto de enclaves en el subcontinente. En 1975, tuvo lugar la Revolución de los Claveles, con la que terminó la dictadura de Salazar. El nuevo gobierno republicano accedió rápidamente a reconocer la independencia de los dos países africanos y de Timor el archipiélago indonesio. El último enclave colonial portugués fue la actual ciudad de Macao, que fue entregada a China el 20 de diciembre de 1999.


El Imperio portugués se expandió en África desde 1415, conquistando Ceuta en el norte del continente. La colonización se centró en la exploración, el comercio de especias, oro y esclavos, así como en la cristianización de las poblaciones. Se establecieron factorías en el golfo de Guinea y se llegó a la India y Brasil en los años posteriores. En África, Portugal estableció colonias en Angola y Mozambique, comenzando la colonización para dominar el comercio de esclavos y el palo-brasil. La competencia con otras potencias europeas y la falta de una administración central afectaron el desarrollo de las colonias africanas.


Mozambique está, ubicado en el sureste de África, obtuvo la independencia en 1975, estableciendo un gobierno de partido único liderado por  el FRELIMO (Frente de liberación de Mozambique). 

El país enfrenta desafíos en derechos humanos y una economía en desarrollo, con una estructura diversificada en agricultura, pesca e industria. En la actualidad, Mozambique es uno de los países más pobres del mundo, con conflictos armados, desplazamientos internos, crisis humanitarias y variaciones en su crecimiento económico. Los conflictos armados en el norte de Mozambique han causado la muerte de miles de personas, desplazamientos masivos y graves violaciones de derechos humanos. La comunidad internacional brinda apoyo militar a las fuerzas de seguridad mozambiqueñas para combatir a grupos insurgentes y organizaciones yihadistas en la región de Cabo Delgado. Además, el país enfrenta desafíos relacionados con el cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos, exacerbando la crisis humanitaria.


La guerra de liberación de Mozambique también conocida como Luta Armada de Libertação Nacional, fue un conflicto armado entre las fuerzas guerrilleras del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO) y Portugal. Esta guerra comenzó oficialmente el 25 de septiembre de 1964 y finalizó con un alto el fuego el 8 de septiembre de 1974. Como resultado, Mozambique logró su independencia el 25 de junio de 1975 tras los acuerdos de Lusaka

Las Bajas fueron: por el Frelimo, 10.000 soldados y 50.000 civiles, y por parte de Portugal, 3500 soldados.


El conflicto surgió debido al auge de movimientos independentistas en las colonias de la región y al malestar de los mozambiqueños con el gobierno colonial portugués.

Gran parte de la población indígena de Mozambique percibía al gobierno extranjero como una forma de explotación y maltrato que solo servía a los intereses económicos portugueses en la región.

La discriminación y las políticas restrictivas hacia los nativos también contribuyeron a la frustración y el descontento.

Los actores principales fueron el FRELIMO: El Frente de Liberación de Mozambique lideró la lucha por la independencia. Contó con el apoyo de países como Cuba, la Unión Soviética, China y Tanzania. Y por otro lado las fuerzas portuguesas que defendieron su dominio colonial y recibieron apoyo de países como Sudáfrica y Rodesia.

El país obtuvo su independencia el 25 de junio de 1975.


Este proceso de descolonización marcó el fin de 470 años de dominio colonial portugués en la región de África oriental1. La independencia de Mozambique fue un hito importante en la historia de la descolonización y la lucha por la autodeterminación en África.


La guerra civil en Mozambique fue un conflicto armado que se desató el 30 de mayo de 1977, dos años después de la independencia del país africano. Este conflicto enfrentó al Gobierno comunista unipartidista del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO), liderado primero por Samora Machel (1975-1986) y luego por Joaquim Chissano, contra las fuerzas insurgentes anticomunistas agrupadas en la Resistencia Nacional Mozambiqueña (RENAMO). La RENAMO estuvo encabezada primero por André Matsangaissa y, tras su muerte en 1979, por Afonso Dhlakama. 

La guerra se prolongó durante 15 años y 4 meses, finalizando el 4 de octubre de 1992.

Las causas de este conflicto fueron profundas divisiones políticas, económicas y sociales que surgieron después de la independencia de Portugal en 1975. Aunque tuvo dinámicas locales, la Guerra Fría también influyó en gran medida en esta guerra africana, con apoyos internacionales a ambos bandos. El resultado fue una destrucción significativa de la infraestructura y el desplazamiento de aproximadamente cinco millones de ciudadanos.

Este conflicto marcó una etapa dolorosa en la historia de Mozambique, con consecuencias devastadoras para su población y su desarrollo. 

Afortunadamente, en 1992, se lograron los Acuerdos de Paz, abriendo el camino hacia elecciones multipartidistas y la transición democrática en el país.


Las consecuencias económicas del conflicto en Mozambique fueron profundas y duraderas. Las más importantes fueron: la destrucción de Infraestructura: Durante los 15 años y 4 meses de guerra, gran parte de la infraestructura del país sufrió daños significativos. Carreteras, puentes, edificios y sistemas de comunicación fueron afectados, lo que obstaculizó el desarrollo económico y la conectividad entre regiones. La guerra provocó el desplazamiento masivo de aproximadamente cinco millones de personas. Muchos abandonaron sus hogares y tierras, y la producción agrícola, que es un sector vital en Mozambique, se vio gravemente afectado. Las zonas rurales sufrieron la pérdida de cultivos, ganado y herramientas agrícolas debido a la inseguridad y la destrucción. La guerra creó también una atmósfera de inestabilidad económica; la inversión extranjera disminuyó, las empresas cerraron y la actividad comercial se vio muy afectada. La incertidumbre y la falta de seguridad desalentaron el crecimiento económico. Por otro lado creció la deuda externa, y durante la guerra, Mozambique acumuló una significativa deuda externa para financiar el conflicto. Esta carga de deuda afectó la capacidad del país para invertir en desarrollo y programas sociales. Por fin, después de la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, Mozambique enfrentó el desafío monumental de la reconstrucción. La rehabilitación de la infraestructura, la reintegración de los desplazados y la revitalización de la economía llevaron tiempo y recursos considerables.


Pero aquí no acabaron los problemas para este país puesto que los conflictos armados continúan, ahora centrados en el norte de Mozambique, que comenzaron en 2017 y que se han cobrado 5000 muertos entre la población civil, desplazando a más de un millón de personas, principalmente mujeres y niños.

A pesar de grandes depósitos de gas natural es uno de los países más pobres del mundo (el séptimo según Acnur). El primero es la Republica Centroafricana, seguido de Burundi,  la Republica Democrática del Congo, Liberia, Niger y  Malawi.

Los grupos armados islámicos locales y organizaciones yihadistas africanas se han aprovechado de la militarización del conflicto. Han cometido crímenes de guerra, decapitaciones, secuestros y saqueos, afectando especialmente a la región de Cabo Delgado. En el otro lado está el ejercito y mercenarios sudafricanos. La comunidad internacional apoya a las fuerzas de seguridad mozambiqueñas, la misión multilateral SAMIM y el ejército ruandés en la lucha contra los insurgentes islámicos y yihadistas.

Además de la guerra, Mozambique enfrenta desafíos relacionados con el cambio climático, como ciclones e inundaciones, contribuyendo a una crisis humanitaria y aumentando el número de personas desplazadas internamente.

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