por Conxa Vila Úbeda
¡¡Muchas sensaciones positivas!!
La autora enfoca su obra con luces largas y presenta la vida de Japón contemporáneo en general y la de Tokio y otras ciudades en particular. Encontramos una amplia y variada panorámica que muestra cambios sociales, estilos de vida, distancias físicas y personales, junto con detalles sobre la población, la vida laboral, de ocio, etc.
Pero con más interés, descubre, con luces más cortas, la vida social e íntima de los personajes, que mayoritariamente son mujeres con muchos matices.
La protagonista, Natsume, lucha por ser escritora y por tener un hijo; su hermana Makiko, con problemas económicos y afectivos, piensa que si aumenta sus pechos aumentará también su autoestima; la madre de ambas, sacrificada, con trabajos precarios y con pocas alegrías en la vida, morirá pronto de cáncer; la abuela Komi, es la que da soporte vital y cariño a las hermanas, que guardan muy buen recuerdo de ella; Midoriko, la hija de Makiko, tras pasar su etapa de mutismo adolescente, se encauza bien, y quizá siguiendo el modelo de su tía Natsume, lucha por tener un futuro más prometedor que el de su madre; y finalmente, Sengawa, la editora con buen nivel de vida y dedicada por entero a su trabajo, soportará la soledad y un triste final.
Se analizan y describen los orígenes familiares de los personajes, la situación laboral precaria, el problema de la vivienda, el esfuerzo para sobrevivir, evolucionar y prosperar, al tiempo que se revelan sus esperanzas más íntimas.
Los personajes masculinos apenas son relevantes en el relato, con escasas cualidades o más bien negativas. La excepción es Aizawa, el amigo que apoyará a la protagonista en el logro de sus proyectos.
Se trata de una novela inteligente y feminista, en cuanto trata los problemas y anhelos de las mujeres; moderna, porque muestra cambios sociales como la disolución moderna de la familia tradicional, la sexualidad en conflicto, el alcoholismo y la soledad.
Creo que es una lectura muy recomendable, tanto por el contenido como por la forma de escritura. A este respecto, habría que felicitar a la autora y, naturalmente, al traductor o traductora.
Concluyo con algo que creo importante: el hecho de que, además de hacernos pensar, consiga conmovernos profundamente. Y eso también deja huella.
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